lunes, 9 de junio de 2014

En Portada




Abrió el periódico de ese día y se cubrió la cabeza. Llovía a mares y acababa de salir de la peluquería. Iba refunfuñando por la calle, maldiciendo a todo semejante que se cruzara en su camino. Los bajos de su abrigo blanco y negro se estaban mojando y le había entrado agua en un zapato. Cojeaba, resoplaba... Entró en un bar y pidió un coñac,sacó su larga boquilla y se encendió un cigarro. Dejó el periódico en la mesa, ni lo leyó.
Sorbió el último trago y se dirigió al baño. Se limpió un chorrete de rímel,se pintó los labios y se dio un par de pellizcos en las mejillas, se cardó el pelo y al mirarse en el espejo se autoconvenció de que estaba maravillosa.
Al salir, le soltó al camarero una moneda. Sólo un señor se percató mientras leía el periódico que había dejado sobre la mesa. La miró para asegurarse y volvió a leer el gran titular con su foto que ese día ocupaba la portada: " Cruella de Vil ha vuelto a la ciudad".







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