Había salido como cualquier otro fin de
semana a romper la noche, a cazar. Hablaba distendidamente con todo el mundo,
bebía, bailaba. Entonces
se fijó en ella. La recorrió con la mirada mientras ella hablaba con su amigo y mostrando su mejor sonrisa le dijo:
-¿Tú no vienes mucho por aquí no?-.
- A veces…-
Ella lo miró y le pareció que tenía cierto
aire a un actor famoso. Eso, o que tenía unas cuantas copas encima. Siguieron conociéndose,
hablando, bebiendo… Hasta que las lenguas se entrelazaron.
-¡¡Quiero devorarte, comerte entera,
ggrrrrr!!-
-¡Pues hazlo!-.
Siguió
besándola, mordiéndole el cuello, le apretaba los pechos con tal furia que creía
que se los iba a arrancar. Ella gemía en mitad de la calle.
-Vamos a mi casa…Pero hay un pequeño problema,
vivo con mi madre…
- Me da igual, preséntame como a un amigo que
no tiene dónde dormir, ¡Siempre cuela!-.
Cogieron un
taxi y media hora más tarde ya estaban follando en su cama. Tenía que taparle
la boca para que su madre no lo escuchase desde la habitación de al lado.
-Ya verás, mañana te presentaré a mamá,
es un encanto y cocina de maravilla. Hace unas albóndigas de morirse- Yo no sé
qué tendrá la receta pero…-
- ¿Presentarme a tu madre? ¿Estás loca?
Yo he venido aquí a follar y punto, ¿no te jode?¡¡ja,ja,ja,ja!!, presentarme a
la madre, dice!! Y querrás que nos casemos y que tengamos críos ¿no?, Claro, la
señorita lo quiere todo…-
-Eres un cabrón como todos, quieres lo
mismo que todos, meterla y si te he visto, no me acuerdo, ¿verdad?... Te traigo a casa, te
meto en mi cama, ¿y así me lo agradeces?... ¿Y a dónde vas si ni siquiera sabes
dónde estás?...-.
- Vamos a tranquilizarnos, mañana me
presentas a tu madre, comemos albóndigas y lo que tú quieras pero ahora
durmamos-. Pensó que lo mejor que podía
hacer era calmarse.
La
claridad del alba asomó por la ventana y lo despertó. Ella seguía durmiendo.
Cogió su ropa con el corazón a mil intentando no hacer ruido y que ella despertase. Se metió en el baño y al salir y
enfilar el pasillo sólo esperaba que nadie hubiera cerrado la puerta con llave
la noche anterior, quería salir de allí y olvidar lo que había pasado.
Afortunadamente, la puerta no puso ningún problema. Bajó los tres pisos por las
escaleras y llegó al portal. La puerta no tenía picaporte, era automática y no
encontraba el jodido botoncito de turno. El corazón se le salía del pecho, sólo quería salir de allí. Buscó
por la pared y lo encontró a la derecha por encima de su cabeza. Respiró
aliviado y lo apretó. La puerta se abrió y salió a la calle, se rio
soltando una gran carcajada. Cuando giró la cabeza allí estaba ella con un
gancho de colgar carne en la mano. No pudo reaccionar mientras le atravesaba la
tráquea con él y la sangre salpicaba su camisón celeste. Arrastró el cuerpo
escaleras arriba y lo metió de nuevo en casa. Cerró suavemente…
El reloj daba las dos, había puesto la mesa y se sentó con su madre a almorzar. Mamá
había hecho unas albóndigas enormes y riquísimas con espaguetis. Rebañó el
plato con pan:
-Mamá, esta vez te has superado. Tendrás que
darme la receta algún día. Creo que voy a repetir, ponme más…, están de
muerte.-
Mientras
desde la fuente de espaguetis un ojo la observaba.
Muy bueno, y buen final...
ResponderEliminarGracias :)
ResponderEliminarGracias! Me alegra que te guste ;)
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