-¡Qué va, nena! Yo no soy de los
que se casan. Yo quiero contigo una relación diferente sin
convencionalismos, ni papeles que justifiquen nuestro amor. Nuestra
libertad por encima de todo y nuestro amor incondicional. Porque
siento que contigo todo es real y me gusta tal y como somos y no me
hacen falta esas mierdas, ni banquetes, ni demostrarle a nadie que te
adoro, ni nada de nada...”-
Tres meses después, me dejaba. Con la
excusa de:”Todo lo que empieza acaba,¿no?...”
Y te hundes en la miseria, y tu cara
se arruga, y adelgazas, y no te quieres, y empiezas recordar que en el fondo era un mal tipo. Nada, que al par de meses, o seis más o un
año, lo superas y vuelves a quererte, a comer con ganas, a follar
con otros, a …
Y un día cualquiera paseando por la
ciudad, que tampoco es una gran ciudad, bebiéndote un café casi te
atragantas, ante lo que estás viendo. Te paras en seco, ojiplática,
delante del laboratorio fotográfico “ Manolete, sus fotos en un
periquete”, y allí está él.
Una foto de tu ex, vestido con chaqué
azul marino, de la mano de una chica vestida de blanco roto, saltando
y sonriendo a la vez en mitad de un paisaje, a todo color en una
foto tamaño póster. No sabes si es por el tamaño del póster,
pero lo encuentras más gordo y más calvo y con los dientes
blanqueados. Y esa mirada de corderito degollado, como en éxtasis
complementado con un halo de luz que cubre la imagen de la feliz
pareja...
“¡Qué va, nena, yo no soy de los que se casan!...-”
¡¡¡Hiiijo de puuuta!!!!...
“¡Qué va, nena, yo no soy de los que se casan!...-”
¡¡¡Hiiijo de puuuta!!!!...
No hay comentarios:
Publicar un comentario